Ordenadores, tabletas, móviles se convierten cada vez más en un problema para los 28 países que componen la Unión Europea. La chatarra electrónica no se elimina adecuadamente: 6.200.000 toneladas se reciclan mal, o bien se traslada al extranjero o simplemente se tira, señala el estudio de la organización CWIT sobre la lucha contra el despilfarro y el comercio ilegal con chatarra electrónica.
Solo se elimina adecuadamente un tercio de chatarra electrónica. Dos son las consecuencias inmediatas:
1.- Se generan problemas ambientales a causa de las sustancias tóxicas que contienen los residuos eliminados, como mercurio o plomo.
2.- Se desperdician valiosos desechos reciclables lo que se traduce en despilfarro y pérdida de recursos a particulares, empresas y países. Se ha cuantificado los daños a la economía: entre 800 y 1.700 millones de euros.
Las sanciones son pocas e ineficaces, Según Interpol, el manejo inapropiado y el comercio ilegal -en parte por parte de bandas organizadas- es sancionado sólo en el 0,5 por ciento de los casos.
Anualmente, 1.300.000 toneladas de chatarra electrónica salieron de la Unión Europea a través de exportaciones no registradas. Dentro de Europa, la situación es aún peor: 4.700.000 millones de toneladas de chatarra electrónica son trasladadas de aquí para allá entre estados de la UE, lo que equivale a más de diez veces de lo declarado oficialmente.
El estudio propone coordinar a nivel internacional la información sobre el tema y los países de la UE deben ponerse de acuerdo sobre reglamentaciones unificadas. A día de hoy, aproximadamente un tercio de todos los estados de la UE no dispone de la reglamentación necesaria.