Los metales son elementos químicos puros de la tabla periódica que provienen de la tierra y pueden combinarse con otros elementos para formar aleaciones metálicas.
Cuando hablamos de aleaciones nos referimos a combinaciones de metales entre sí o con otros elementos que mejoran las propiedades de los metales, como la dureza, la resistencia mecánica, la conductividad eléctrica y térmica, así como la resistencia a la corrosión y la oxidación.
Ahora bien, ¿cuáles son las diferencias entre metales férreos y no férreos? Para contestar esta pregunta es necesario definirlos correctamente.
¿Qué son los metales férreos?
Ante todo, hay que destacar su composición: consta de compuestos de hierro y sus aleaciones. Por si no lo sabías, el hierro es el metal que más abunda en el núcleo de nuestro planeta y el segundo en la corteza terrestre.
No obstante, resulta un material frágil en comparación con otros materiales puros. Por eso, lo más habitual es alear con acero y sus variables: manganeso, cromo, níquel, titanio, entre otros.
Dependiendo de su fusión, quedan alteradas su ductilidad, dureza y propiedades mecánicas.
Materiales no férreos: definición y características principales
Los materiales no férreos carecen de hierro en su composición. Suelen ser más caros ya que son más raros de obtener. Sin embargo, entran en esta categoría materiales que nos son muy conocidos.
En general, podemos dividirlos en 3 categorías:
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- Ligeros, como el titanio y el aluminio (el metal más abundante de la corteza terrestre)
- Ultraligeros, tal y como lo es el magnesio o el berilio
- Pesados, en los que hay más elementos conocidos como el plomo, el cobre, el estaño, el zinc, etc.
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