En una década marcada por la incertidumbre económica, los metales han tocado fondo y un rally alcista parece apoderarse de estas commodities.
Quizás por el arbitrio del petróleo y sus últimos devaneos en la bolsa –pocas veces se ha visto el precio del crudo tan bajo como estos años-, el barril de Brent ha dado el pistoletazo para que el sector del metal se asiente y prepare a los inversores alcistas para una carrera uniformemente acelerada.
Así lo atestigua el índice de referencia Bloomberg Commodity Index, que valora la recuperación de los metales -después de los mínimos de enero- con una subida nada despreciable del 10 %.
China empieza a desperezarse
El dragón rojo parece ser uno de los motivos del efecto implosivo de la recuperacion de los metales: el gigante asiático, como un oso que sale de la caverna después de su hibernación del 2015, annus horribilis en el que su crecimiento bajó del 20 % al 5 % – lo que, al ser el principal comprador mundial de níquel, cobre y zinc, generó una excesiva producción de metales que no se vendían-, ve cómo su bolsa repunta en un 12 %.
El gigante tiene hambre de nuevo y retoma la actividad de captar todos los metales posibles. Ante el previsible aumento de demanda, la industria aumenta su producción.
Inversores con cautela
Los analistas coinciden en que es un buen momento para la venta de metales, aunque posibles rebotes apuntan a que las operaciones se hagan con suma cautela. Pero, aunque haya nuevas bajadas, es poco probable que el precio de los metales rompa un suelo que ya ha tocado con insistencia a principios del año 2016.
¿El favorito? El níquel se lleva los honores por su recorrido alcista. Con 8.600 dólares por tonelada, se espera que suba por encima del 20 % y rebalse los 10.5000 dólares a finales de este año.
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