Una de las maneras de reciclar las chatarras es vendiéndonoslas a empresas especializadas que nos ocupamos de su recuperación. Además de respetar al medio ambiente, se consigue un dinero a cambio de residuos metálicos que ya no tienen uso en su empresa.
Cómo reciclar la chatarra paso a paso
Si se genera en tu empresa un volumen alto de chatarra, tienes la posibilidad de solicitar un contenedor para depositarla hasta que nuestra empresa la recoja. Después, en nuestras instalaciones realizaremos el proceso de recuperación. Dicho proceso es muy sencillo.
En el caso de las empresas o los particulares que no generen un volumen alto, la opción es traer los residuos hasta las empresas que nos dedicamos a su reciclaje o solicitar su recogida. Ahora que ya conoces cómo reciclar la chatarra, te explicamos cómo se clasifica.
Clasificación de los residuos metálicos
Los residuos metálicos se pueden clasificar en ferrosos y no ferrosos. Los ferrosos o férricos son, sobre todo, el hierro, el acero y los de fundición. Los no ferrosos son el cobre, zinc, estaño, níquel y aluminio. Este último es uno de los que más se recicla.
El reciclaje de los residuos metálicos tiene un alto valor económico, puesto que supone un ahorro considerable en la producción de metales con materias primas. Las empresas que lo hacen contribuyen en el respeto por el entorno y medioambiente, además de recibir una compensación económica.
La chatarra forma parte de los residuos ferrosos, al igual que las vigas, las virutas o el oxicorte. Sin embargo, las empresas que nos dedicamos a la recuperación de chatarra también reciclamos cobre, acero, plomo, bronce, aluminios, latón y todo tipo de residuos metálicos. Se pueden recuperar a partir de baterías, piezas de maquinaria, perfiles, cables y motores.
Si deseas sacar rédito económico de los residuos metálicos de tu empresa, no dudes en contactar con nosotros.